En la pasada mediodía del 27, Pablo Niño ( jugador del Pozoblanco ) comunicaba al presidente del club, José Antonio Bravo, que quería dejar el Pozoblano y marcharse a su tierra. El jugador, que ha hecho especial hincapié en que su decisión es por motivos personales y que está muy a gusto con el trato recibido por parte de club y afición, se quiere volver a Rota, donde reside su esposa y familia.
En principio, el Pozoblanco no cursará su baja, ya que en el invierno pasado se le renovó y se le colocó una cláusula de 30.000 €, motivo por el cual este verano no pudo coger rumbo al Puerto Real. Precisamente, allí jugará su amigo y principal apoyo en Pozoblanco el año pasado, Pedro Curtido. El Pozoblanco, lógicamente, no va a regalar este jugador a uno de sus más firmes rivales. Ahora toca rastrear el mercado y acertar en la elección de un jugador para suplir el hueco dejado por el crack roteño que durante la pasada temporada se encargó de deleitar a la parroquia blanca en el Municipal.
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