Incidencias: tarde desapacible en el Municipal lepero, que retrajo un poco la entrada, que no obstante fue la mejor de la temporada, con unas 1.800 personas en las gradas. Terreno de juego bastante bien pero algo pesado. El recién llegado Carlos entró en la convocatoria, aunque no llegó a debutar con la aurinegra.
Árbitro: Crespo Sánchez, mal. Un colegiado bastante extraño que intercalaba buenas con malas actuaciones durante el encuentro, por lo que los jugadores no sabían a qué atenerse en el apartado disciplinario. Así, amonestó a los locales Alfonso y Raúl; y a los visitantes Barba, Guarte y Palma. Expulsó de su banquillo a Manuel Juan Limón.
Goles: 1-0 Cisco, min. 18.
2-0 Jonathan, min 25.
2-1 Guille, min. 77.
El San Roque suma y sigue, sin importar el rival que tenga delante. Los aurinegros son un torbellino de buen fútbol al amparo de su público y eso se demostró durante una primera mitad para enmarcar de los pupilos de Alejandro Ceballos, que borraron del mapa a un Ayamonte CF que sólo sabe jugar con una marcha, una apuesta que le sale bien cuando se adelanta en el marcador, pero que es catastrófica cuando un rival le cambia constantemente el ritmo.
Los primeros minutos estuvieron marcados por las constantes interrupciones del juego, permitidas por el colegiado Crespo Sánchez, por lo que no fue el inicio fulgurante del San Roque de los últimos encuentros. Eso sí, en cuanto empezó a hacer circular la pelota, Vicente y Nando mediante, el Ayamonte se transformó en un juguete roto a pies de los leperos. El balón pasaba de jugador a jugador con una rapidez extraordinaria, lo que hacía que el débil centro del campo fronterizo se viera superado una y otra vez con una facilidad pasmosa.
Ello permitió ver un fútbol de altísima escuela y una serie de jugadas colectivas que, además, terminaban en remate, con el consiguiente peligro. La primera de ellas tuvo lugar en el minuto 7, cuando Vicente habilitó entre líneas a Otón en la izquierda, quien tras ganar la línea de fondo mandó un gran centro a la cabeza de Joaquín que remató la pelota un poco alto. Aunque toda esta historia pudo cambiar si el trencilla gaditano acierta a dar como penalti una acción del delantero paradeño dentro del área visitante en el primer minuto de juego.
Además, cada tímido acercamiento del conjunto de Manuel Juan Limón al área sanrroquista se convertía en robo y salida fulgurante a la contra de los leperos.
La más peligrosa de ellas fue una jugada que antecedió al primer gol del encuentro: Vidal condujo de forma magistral un contraataque para dejarle la pelota a Joaquín, al que Chuchú le arrebató el cuero cuando el delantero local se disponía a fusilar mano a mano con Miguel Rosa. Lo que no pudo evitar el buen guardameta portugués fue el primer gol del San Roque en el minuto 18 de encuentro: córner en corto de Vidal para Otón, que centra al segundo palo donde Cisco, absolutamente solo, empalmó un tiro cruzado al fondo de la portería ayamontina. 1 a 0 con todo el merecimiento y aún quizá un poco corto, porque 5 minutos más tarde, de nuevo Joaquín ganaba en la línea de fondo un balón interior de Vidal y desde la misma línea lanzó una parábola con un efecto endiablado que sacó bajo los mismísimos palos de nuevo Chuchú.
El festival de fútbol del San Roque se volvería a concretar muy pronto. En el minuto 25, Joaquín ganó de nuevo la espalda de la defensa en el interior del área y dio el pase de la muerte para Vidal, que remató a bocajarro, a lo que respondió con una parada felina Rosa, que ya no pudo hacer nada ante el disparo de Jonathan, que cazó ese rechace y lo puso con toda el alma en el fondo de la portería. Felicidad y júbilo en las gradas, que de nuevo coreó con olés el buen juego de su equipo. Porque el San Roque seguía llegando por la izquierda y por la derecha.
Primero Capi llegando al lateral del área y poniéndola a la llegada de Joaquín que no hizo el 3-0 por milímetros; luego Jonathan llegando al pico del área pequeña de Rosa y rematando mal con todo a favor. Un auténtico huracán, que culminó en el minuto 43 con una nueva jugada de todo el cuadro lepero: Otón desde la izquierda al segundo palo para Capi, que hizo la dejada para Vidal, que se perfiló par su zurda de oro e intentó poner la pelota en la escuadra más lejana, saliendo la pelota lamiendo el palo. Final de la primera parte y ovación para los leperos.
Durante la segunda mitad el San Roque perdió algo de fuelle, aunque siguió llevando peligro a la meta contraria. A medida que pasaban los minutos, los leperos fueron cediendo la iniciativa a los rojillos, que se fueron creciendo, eso sí, con su habitual única velocidad.
El trabajo, sobre todo, de Nando, anuló la mejor vía de ataque de los visitantes, Puntas, que apenas entró en contacto con la pelota, y por ahí se le fue yendo definitivamente el partido al equipo visitante. De hecho, la primera acción de verdadero peligro del Ayamonte en todo el encuentro tuvo lugar en el 57, cuando un hasta entonces inédito Benítez ingresó en el área por la derecha, recortó para su zurda y realizó un disparo raso al que respondió perfectamente Isaac.
Parecía que la consigna aurinegra en el vestuario era dejar confiarse al Ayamonte para que se desnudase atrás, cosa que no hizo en todo el encuentro y en ese pecado llevaron su penitencia. Porque el mayor peligro seguía saliendo de las botas leperas, aunque no en la cantidad de la primera mitad. Así en el minuto 72, un centro envenenado de Jonathan hubo de ser despejado con apuros por Rosa, que dejó la pelota franca para Capi, que estrelló el disparo sobre los defensas apostados bajo los palos.
Así las cosas, sólo un error podía meter al Ayamonte en el partido; y el fallo lo cometió el menos pensado: el colegiado, que dio como penalti una acción entre Alfonso y Guille, en la que el central lepero tocó de forma meridianamente clara la pelota en primera instancia. La pena máxima la transformaría en gol el propio Guille, a pesar de que Isaac rozó con la yema de los dedos el balón.
Rápidamente, Limón dio entrada a 2 laterales ofensivos, pero las llegadas visitantes, si pueden ser calificadas como tal, sólo fueron balones aéreos que ganaban los centrales leperos con mucha facilidad; hacía más la incertidumbre del marcador que el juego real sobre el campo.
El colegiado añadió 5 minutos en primera instancia y luego otros 2 por pérdidas de tiempo, aunque no dio tiempo más que para que se tragara un penalti por zancadilla de Barba a Capi, que el propio capitán visitante reconoció a Capi y que ni el trencilla ni su asistente se avinieron a conceder.
Con esta victoria los leperos consolidan su liderato en el Grupo X de Tercera y deja a 6 puntos a un rival directo por las posiciones de privilegio. De esta forma, el San Roque toma un colchón de cómo mínimo 5 puntos con el quinto clasificado, es decir, 2 partidos de margen; además, el cuadro aurinegro opta al honorífico título de campeón de invierno si es capaz de sacar algo positivo del Miguel Román de Dos Hermanas la semana próxima.
2-0 Jonathan, min 25.
2-1 Guille, min. 77.
El San Roque suma y sigue, sin importar el rival que tenga delante. Los aurinegros son un torbellino de buen fútbol al amparo de su público y eso se demostró durante una primera mitad para enmarcar de los pupilos de Alejandro Ceballos, que borraron del mapa a un Ayamonte CF que sólo sabe jugar con una marcha, una apuesta que le sale bien cuando se adelanta en el marcador, pero que es catastrófica cuando un rival le cambia constantemente el ritmo.
Los primeros minutos estuvieron marcados por las constantes interrupciones del juego, permitidas por el colegiado Crespo Sánchez, por lo que no fue el inicio fulgurante del San Roque de los últimos encuentros. Eso sí, en cuanto empezó a hacer circular la pelota, Vicente y Nando mediante, el Ayamonte se transformó en un juguete roto a pies de los leperos. El balón pasaba de jugador a jugador con una rapidez extraordinaria, lo que hacía que el débil centro del campo fronterizo se viera superado una y otra vez con una facilidad pasmosa.
Ello permitió ver un fútbol de altísima escuela y una serie de jugadas colectivas que, además, terminaban en remate, con el consiguiente peligro. La primera de ellas tuvo lugar en el minuto 7, cuando Vicente habilitó entre líneas a Otón en la izquierda, quien tras ganar la línea de fondo mandó un gran centro a la cabeza de Joaquín que remató la pelota un poco alto. Aunque toda esta historia pudo cambiar si el trencilla gaditano acierta a dar como penalti una acción del delantero paradeño dentro del área visitante en el primer minuto de juego.
Además, cada tímido acercamiento del conjunto de Manuel Juan Limón al área sanrroquista se convertía en robo y salida fulgurante a la contra de los leperos.
La más peligrosa de ellas fue una jugada que antecedió al primer gol del encuentro: Vidal condujo de forma magistral un contraataque para dejarle la pelota a Joaquín, al que Chuchú le arrebató el cuero cuando el delantero local se disponía a fusilar mano a mano con Miguel Rosa. Lo que no pudo evitar el buen guardameta portugués fue el primer gol del San Roque en el minuto 18 de encuentro: córner en corto de Vidal para Otón, que centra al segundo palo donde Cisco, absolutamente solo, empalmó un tiro cruzado al fondo de la portería ayamontina. 1 a 0 con todo el merecimiento y aún quizá un poco corto, porque 5 minutos más tarde, de nuevo Joaquín ganaba en la línea de fondo un balón interior de Vidal y desde la misma línea lanzó una parábola con un efecto endiablado que sacó bajo los mismísimos palos de nuevo Chuchú.
El festival de fútbol del San Roque se volvería a concretar muy pronto. En el minuto 25, Joaquín ganó de nuevo la espalda de la defensa en el interior del área y dio el pase de la muerte para Vidal, que remató a bocajarro, a lo que respondió con una parada felina Rosa, que ya no pudo hacer nada ante el disparo de Jonathan, que cazó ese rechace y lo puso con toda el alma en el fondo de la portería. Felicidad y júbilo en las gradas, que de nuevo coreó con olés el buen juego de su equipo. Porque el San Roque seguía llegando por la izquierda y por la derecha.
Primero Capi llegando al lateral del área y poniéndola a la llegada de Joaquín que no hizo el 3-0 por milímetros; luego Jonathan llegando al pico del área pequeña de Rosa y rematando mal con todo a favor. Un auténtico huracán, que culminó en el minuto 43 con una nueva jugada de todo el cuadro lepero: Otón desde la izquierda al segundo palo para Capi, que hizo la dejada para Vidal, que se perfiló par su zurda de oro e intentó poner la pelota en la escuadra más lejana, saliendo la pelota lamiendo el palo. Final de la primera parte y ovación para los leperos.
Durante la segunda mitad el San Roque perdió algo de fuelle, aunque siguió llevando peligro a la meta contraria. A medida que pasaban los minutos, los leperos fueron cediendo la iniciativa a los rojillos, que se fueron creciendo, eso sí, con su habitual única velocidad.
El trabajo, sobre todo, de Nando, anuló la mejor vía de ataque de los visitantes, Puntas, que apenas entró en contacto con la pelota, y por ahí se le fue yendo definitivamente el partido al equipo visitante. De hecho, la primera acción de verdadero peligro del Ayamonte en todo el encuentro tuvo lugar en el 57, cuando un hasta entonces inédito Benítez ingresó en el área por la derecha, recortó para su zurda y realizó un disparo raso al que respondió perfectamente Isaac.
Parecía que la consigna aurinegra en el vestuario era dejar confiarse al Ayamonte para que se desnudase atrás, cosa que no hizo en todo el encuentro y en ese pecado llevaron su penitencia. Porque el mayor peligro seguía saliendo de las botas leperas, aunque no en la cantidad de la primera mitad. Así en el minuto 72, un centro envenenado de Jonathan hubo de ser despejado con apuros por Rosa, que dejó la pelota franca para Capi, que estrelló el disparo sobre los defensas apostados bajo los palos.
Así las cosas, sólo un error podía meter al Ayamonte en el partido; y el fallo lo cometió el menos pensado: el colegiado, que dio como penalti una acción entre Alfonso y Guille, en la que el central lepero tocó de forma meridianamente clara la pelota en primera instancia. La pena máxima la transformaría en gol el propio Guille, a pesar de que Isaac rozó con la yema de los dedos el balón.
Rápidamente, Limón dio entrada a 2 laterales ofensivos, pero las llegadas visitantes, si pueden ser calificadas como tal, sólo fueron balones aéreos que ganaban los centrales leperos con mucha facilidad; hacía más la incertidumbre del marcador que el juego real sobre el campo.
El colegiado añadió 5 minutos en primera instancia y luego otros 2 por pérdidas de tiempo, aunque no dio tiempo más que para que se tragara un penalti por zancadilla de Barba a Capi, que el propio capitán visitante reconoció a Capi y que ni el trencilla ni su asistente se avinieron a conceder.
Con esta victoria los leperos consolidan su liderato en el Grupo X de Tercera y deja a 6 puntos a un rival directo por las posiciones de privilegio. De esta forma, el San Roque toma un colchón de cómo mínimo 5 puntos con el quinto clasificado, es decir, 2 partidos de margen; además, el cuadro aurinegro opta al honorífico título de campeón de invierno si es capaz de sacar algo positivo del Miguel Román de Dos Hermanas la semana próxima.
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