Debe ser este año. Y debe ser hoy. Contra el San Roque de Lepe, en el Salto del Caballo y con cinco mil incondicionales necesitados de una alegría empujando a su equipo hasta la victoria. El CD Toledo lo sabe y buscará, a partir de las 19:00 horas, romper esa maldición que le ha llevado a caer en los encuentros definitivos para conseguir el anhelado ascenso a Segunda División B.
El cuadro que dirige Luis Díaz sólo padece la baja de Iván Luengo para medirse a los andaluces, puesto que Pedro Velasco se ha recuperado y existen pocas dudas del concurso del general verdiblanco. Su presencia sobre el césped se antoja fundamental para lanzar a los verdiblancos al abordaje de la nave lepera.
La única incógnita que planea sobre el once inicial es el acompañante de Velasco en la medular. Intxausti cuenta con el aval de una temporada completa a gran nivel, pero Alberto Martín fue la opción escogida por el técnico en el encuentro de ida.
La premisa de los capitalinos pasa por dominar el envite desde los primeros minutos, sin conceder un metro de margen al rival hasta que encaje la primera bala.
Pero la principal preocupación de los locales se centra en que el enfrentamiento se estanque en una desagradable guerra de trincheras, en la que cualquier contragolpe de los visitantes puede resultar nefasto después del incierto 0-0 del partido en Lepe.
En ese juego quiere moverse el San Roque, para quien el paso de los minutos sin un gol en contra de los toledanos parece el gran objetivo. Todo para poner nerviosos a los verdiblancos y forzar un error, un descuido o el suicidio.
Pero la historia reciente de los capitalinos arroja el esperanzador dato de que saben competir, leen perfectamente los partidos ante los equipos duros y no se desesperan cuando las cosas no salen bien. Además, la seguridad defensiva del cuadro verde ha quedado demostrada durante una segunda vuelta que sólo ha contemplado un tanto en contra de los locales, ante el Socuéllamos y de penalti.
Por estas cuestiones futbolísticas y por otras de origen romántico, el CD Toledo debe ganar al San Roque. Y es que, un equipo que lleva por escudo a la reina de las aves no puede vivir en el subsuelo de Tercera. Toca remontar el vuelo.
El cuadro que dirige Luis Díaz sólo padece la baja de Iván Luengo para medirse a los andaluces, puesto que Pedro Velasco se ha recuperado y existen pocas dudas del concurso del general verdiblanco. Su presencia sobre el césped se antoja fundamental para lanzar a los verdiblancos al abordaje de la nave lepera.
La única incógnita que planea sobre el once inicial es el acompañante de Velasco en la medular. Intxausti cuenta con el aval de una temporada completa a gran nivel, pero Alberto Martín fue la opción escogida por el técnico en el encuentro de ida.
La premisa de los capitalinos pasa por dominar el envite desde los primeros minutos, sin conceder un metro de margen al rival hasta que encaje la primera bala.
Pero la principal preocupación de los locales se centra en que el enfrentamiento se estanque en una desagradable guerra de trincheras, en la que cualquier contragolpe de los visitantes puede resultar nefasto después del incierto 0-0 del partido en Lepe.
En ese juego quiere moverse el San Roque, para quien el paso de los minutos sin un gol en contra de los toledanos parece el gran objetivo. Todo para poner nerviosos a los verdiblancos y forzar un error, un descuido o el suicidio.
Pero la historia reciente de los capitalinos arroja el esperanzador dato de que saben competir, leen perfectamente los partidos ante los equipos duros y no se desesperan cuando las cosas no salen bien. Además, la seguridad defensiva del cuadro verde ha quedado demostrada durante una segunda vuelta que sólo ha contemplado un tanto en contra de los locales, ante el Socuéllamos y de penalti.
Por estas cuestiones futbolísticas y por otras de origen romántico, el CD Toledo debe ganar al San Roque. Y es que, un equipo que lleva por escudo a la reina de las aves no puede vivir en el subsuelo de Tercera. Toca remontar el vuelo.
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