El fútbol modesto, el de verdad, el del contacto con los jugadores, el cercano, el verdaderamente nuestro, ha sido generoso esta temporada 2008/2009 con el San Roque, que se ha alzado con el título de liga en categoría nacional por primera vez en sus 53 años de historia.
El fútbol modesto, el de la cercanía, el del ánimo sincero cara a cara, el de los abrazos reales con los protagonistas, con los jugadores, cuerpo técnico, directivos, aficionados, el nuestro, de nuevo, nos ha galardonado con un premio que supera todas las expectativas: campeón de liga, posibilidad de ascender a 2ª B en una sola eliminatoria y la participación en la próxima edición de la Copa del Rey, un torneo que también trae a la memoria aurinegra bellos y emotivos recuerdos. Le espera ahora al plantel lepero un breve tiempo de asunción de toda esta grandeza, hasta la hora de pensar en el rival que le tocará en el sorteo de los play-off de ascenso.
Acabados los adjetivos –hace tiempo que se agotaron- de elogio hacia la plantilla del CD San Roque, entre tanta alegría, jolgorio y celebración existió un partido de fútbol de escasa hora de duración; y otro partido que se jugó en los transistores de una buena parte de aficionados, los que nunca han abandonado al equipo, en las abarrotada grada de Preferencia del Municipal. Porque el encuentro fue de dominio puro y absoluto del San Roque durante todo el choque, a pesar de que Alejandro Ceballos reservó a buena parte de sus efectivos para la disputa de la eliminatoria de ascenso, puesto que los aurinegros llegaban al envite con casi media plantilla apercibida de sanción.
Por ello, se quedaron fuera de la convocatoria algunos futbolistas y, los que entraron, fueron retirados cuando el partido estaba ya visto para sentencia. Del Dos Hermanas hay que decir que llegaba a Lepe con los deberes más que hechos, por lo que los de José María Sutil, viendo el panorama, se limitaron a jugar su partido y a no entrar en guerras absurdas que no eran suyas; y de ahí la corrección durante todo el choque.
Así que no es de extrañar que el San Roque saliera a por todas desde el principio, a culminar su trabajo para dejar hacer a los terceros, en este caso, el Recre B del gran Manolo Espina, hasta que en el minuto 19, Casiano aprovechaba un error en el despeje de la zaga visitante para plantarse ante Javi López y batirlo por bajo.
El meta visitante tuvo la oportunidad de lucirse en varias ocasiones con diversos paradones, pero los leperos de nuevo impusieron su ley en el minuto 34, cuando una jugada al primer toque entre Otón y Vidal acabó con un centro raso de aquél hacia Casiano que de zurdazo puso el 2-0 en el marcador. Dos minutos más tarde, el brasileño tuvo la sentencia absoluta en sus botas, pero si se entretuvo demasiado ante Javi López y al final golpeó la pelota muy por encima de la portería visitante.
Hasta el descanso, el San Roque siguió gozando de buenas ocasiones para seguir abriendo brecha en el marcador. El Dos Hermanas, a raíz del segundo gol local, intentó estirarse en ataque, pero el buen trabajo de Álex y Nando en la medular, unida a la gran concentración de los locales en defensa, hizo que los de Sutil sólo vieran de cerca de Isaac en una ocasión. La segunda mitad comenzó con un buen arranque del cuadro nazareno, que, esta vez sí, buscaban terminar la liga dejando buenas sensaciones.
Además, con los aurinegros más pendientes del murmullo de la grada por lo que ocurría en Jerez de la Frontera que otra cosa, incluso llegó a poner nerviosa a la afición local. Sobre todo en el 59, cuando tras una falta frontal y lejana sin aparente peligro se convirtió en el 2-1, por el fallo de marcaje de la defensa, que permitió a José Miguel controlar la pelota solo dentro del área y fusilar a Isaac de tiro cruzado. No obstante, Raúl se encargó de poner la tranquilidad en la grada un minuto más tarde con un zurdazo que no pudo retener Javi López y que se convirtió en el 3-1 a la hora de partido.
Desde ese momento hasta el final, los transistores se convirtieron en máquinas de echar humo. Entretanto, el San Roque siguió coleccionando ocasiones ante una defensa que también participaba de la fiesta en las gradas, que se convirtieron en una explosión de alegría y júbilo cuando desde el Estadio de la Juventud confirmaban el empate final entre Industrial y Recre B.
Fueron unos pocos minutos de desconcierto, de alegría, de júbilo, de incredulidad ante la realidad evidente de que el CD San Roque de Lepe era campeón de liga, campeón del Grupo X de Tercera, campeón, campeón, campeón… que se dice muy deprisa, apenas en segundos, campeones, campeones, clamaban las gradas del vetusto y moribundo Campo Municipal de Deportes de Lepe.
Campeones de categoría nacional, un título, un trofeo, una realidad que viaja desde las tierras ignotas del limbo de la gloria hasta Lepe, donde se encontrará con una realidad palpable, con el trabajo bien hecho de mucha gente que tiene ganada su parcelita en el cielo de los campeones, porque quien merece el paraíso, lo sabe y no necesita que se lo digan.
Allá donde ya nunca habitará el olvido, allí en el fondo del pasillo de gente con banderas, bufandas, tambores y gargantas, allá está la felicidad inmensa y eterna de un San Roque campeón, justo el día 17 de mayo de 2009, domingo de Romería Chica. Sean, pues, todos los jugadores bienvenidos a esta realidad intangible aunque hecha materia. Se lo merecen.
El fútbol modesto, el de la cercanía, el del ánimo sincero cara a cara, el de los abrazos reales con los protagonistas, con los jugadores, cuerpo técnico, directivos, aficionados, el nuestro, de nuevo, nos ha galardonado con un premio que supera todas las expectativas: campeón de liga, posibilidad de ascender a 2ª B en una sola eliminatoria y la participación en la próxima edición de la Copa del Rey, un torneo que también trae a la memoria aurinegra bellos y emotivos recuerdos. Le espera ahora al plantel lepero un breve tiempo de asunción de toda esta grandeza, hasta la hora de pensar en el rival que le tocará en el sorteo de los play-off de ascenso.
Acabados los adjetivos –hace tiempo que se agotaron- de elogio hacia la plantilla del CD San Roque, entre tanta alegría, jolgorio y celebración existió un partido de fútbol de escasa hora de duración; y otro partido que se jugó en los transistores de una buena parte de aficionados, los que nunca han abandonado al equipo, en las abarrotada grada de Preferencia del Municipal. Porque el encuentro fue de dominio puro y absoluto del San Roque durante todo el choque, a pesar de que Alejandro Ceballos reservó a buena parte de sus efectivos para la disputa de la eliminatoria de ascenso, puesto que los aurinegros llegaban al envite con casi media plantilla apercibida de sanción.
Por ello, se quedaron fuera de la convocatoria algunos futbolistas y, los que entraron, fueron retirados cuando el partido estaba ya visto para sentencia. Del Dos Hermanas hay que decir que llegaba a Lepe con los deberes más que hechos, por lo que los de José María Sutil, viendo el panorama, se limitaron a jugar su partido y a no entrar en guerras absurdas que no eran suyas; y de ahí la corrección durante todo el choque.
Así que no es de extrañar que el San Roque saliera a por todas desde el principio, a culminar su trabajo para dejar hacer a los terceros, en este caso, el Recre B del gran Manolo Espina, hasta que en el minuto 19, Casiano aprovechaba un error en el despeje de la zaga visitante para plantarse ante Javi López y batirlo por bajo.
El meta visitante tuvo la oportunidad de lucirse en varias ocasiones con diversos paradones, pero los leperos de nuevo impusieron su ley en el minuto 34, cuando una jugada al primer toque entre Otón y Vidal acabó con un centro raso de aquél hacia Casiano que de zurdazo puso el 2-0 en el marcador. Dos minutos más tarde, el brasileño tuvo la sentencia absoluta en sus botas, pero si se entretuvo demasiado ante Javi López y al final golpeó la pelota muy por encima de la portería visitante.
Hasta el descanso, el San Roque siguió gozando de buenas ocasiones para seguir abriendo brecha en el marcador. El Dos Hermanas, a raíz del segundo gol local, intentó estirarse en ataque, pero el buen trabajo de Álex y Nando en la medular, unida a la gran concentración de los locales en defensa, hizo que los de Sutil sólo vieran de cerca de Isaac en una ocasión. La segunda mitad comenzó con un buen arranque del cuadro nazareno, que, esta vez sí, buscaban terminar la liga dejando buenas sensaciones.
Además, con los aurinegros más pendientes del murmullo de la grada por lo que ocurría en Jerez de la Frontera que otra cosa, incluso llegó a poner nerviosa a la afición local. Sobre todo en el 59, cuando tras una falta frontal y lejana sin aparente peligro se convirtió en el 2-1, por el fallo de marcaje de la defensa, que permitió a José Miguel controlar la pelota solo dentro del área y fusilar a Isaac de tiro cruzado. No obstante, Raúl se encargó de poner la tranquilidad en la grada un minuto más tarde con un zurdazo que no pudo retener Javi López y que se convirtió en el 3-1 a la hora de partido.
Desde ese momento hasta el final, los transistores se convirtieron en máquinas de echar humo. Entretanto, el San Roque siguió coleccionando ocasiones ante una defensa que también participaba de la fiesta en las gradas, que se convirtieron en una explosión de alegría y júbilo cuando desde el Estadio de la Juventud confirmaban el empate final entre Industrial y Recre B.
Fueron unos pocos minutos de desconcierto, de alegría, de júbilo, de incredulidad ante la realidad evidente de que el CD San Roque de Lepe era campeón de liga, campeón del Grupo X de Tercera, campeón, campeón, campeón… que se dice muy deprisa, apenas en segundos, campeones, campeones, clamaban las gradas del vetusto y moribundo Campo Municipal de Deportes de Lepe.
Campeones de categoría nacional, un título, un trofeo, una realidad que viaja desde las tierras ignotas del limbo de la gloria hasta Lepe, donde se encontrará con una realidad palpable, con el trabajo bien hecho de mucha gente que tiene ganada su parcelita en el cielo de los campeones, porque quien merece el paraíso, lo sabe y no necesita que se lo digan.
Allá donde ya nunca habitará el olvido, allí en el fondo del pasillo de gente con banderas, bufandas, tambores y gargantas, allá está la felicidad inmensa y eterna de un San Roque campeón, justo el día 17 de mayo de 2009, domingo de Romería Chica. Sean, pues, todos los jugadores bienvenidos a esta realidad intangible aunque hecha materia. Se lo merecen.
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