El Córdoba B logró la salvación milagrosamente. La suerte se alió con los blanquiverdes en una temporada en la que deberían descender tres equipos, pero la desaparición del Villanueva a mediados de la segunda vuelta dejó solo dos descensos a Primera Andaluza. Así, el equipo de Pedrito, que estaba con más de pie y medio en la categoría inferior recobró vida y comenzó una batalla con el Chiclana para buscar la salvación, que llegó en la última jornada.
El Córdoba B ganó por tres goles a cero a un Mairena que llegaba con los deberes realizados, ya que estaba salvado. El filial blanquiverde debía ganar y esperar que el Chiclana cayera derrotado ante el Alcalá. Todo se confabuló para que ocurriera, ya que los alcalaínos se jugaban entrar en la fase de ascenso y no dejaron que el Chiclana tuviera esperanzas de salvación.
La alegría se desbordó en la Ciudad Deportiva, que registró la mejor entrada de la temporada. Hubo cerca de 800 espectadores en la grada y dieron aire a un Córdoba B que a los 13 minutos ya ganaba por un gol a cero. Javi Pérez, que pudo jugar su último partido en el filial, fue el mejor jugador del partido y un saque de falta suyo fue cabeceado por Pino.
La lata se abrió. A partir de entonces el filial seguía dominando pero no lograba el tanto de la tranquilidad. Las noticias que llegaban de Alcalá eran buenas, pero faltaba remachar para no llegar a los últimos minutos con el miedo en el cuerpo.
Ya en la segunda parte, la exhibición de los canteranos fue total. El segundo tanto fue obra de Javi Pérez, que dejó su rúbrica de falta directa. A partir de ahí murió el partido, ya que el Mairena se entregó, si es que en algún momento fueron un adversario a la fiesta cordobesa.
Los blanquiverdes, conocedores de que la permanencia estaba conseguida, se deshicieron de todos los fantasmas que los han acompañado durante la temporada y mostraron todo el fútbol que llevan dentro. Manu Leal, nada más que salir, tuvo un mano a mano con el portero, que no supo definir.
En la siguiente ocasión, se aprovechó de un pase de Chiqui para dejar también su impronta en el partido. A partir de entonces sólo restaba esperar que el árbitro celebrara el final para celebrar una permanencia que parecía imposible hace apenas un mes.
El Córdoba B ganó por tres goles a cero a un Mairena que llegaba con los deberes realizados, ya que estaba salvado. El filial blanquiverde debía ganar y esperar que el Chiclana cayera derrotado ante el Alcalá. Todo se confabuló para que ocurriera, ya que los alcalaínos se jugaban entrar en la fase de ascenso y no dejaron que el Chiclana tuviera esperanzas de salvación.
La alegría se desbordó en la Ciudad Deportiva, que registró la mejor entrada de la temporada. Hubo cerca de 800 espectadores en la grada y dieron aire a un Córdoba B que a los 13 minutos ya ganaba por un gol a cero. Javi Pérez, que pudo jugar su último partido en el filial, fue el mejor jugador del partido y un saque de falta suyo fue cabeceado por Pino.
La lata se abrió. A partir de entonces el filial seguía dominando pero no lograba el tanto de la tranquilidad. Las noticias que llegaban de Alcalá eran buenas, pero faltaba remachar para no llegar a los últimos minutos con el miedo en el cuerpo.
Ya en la segunda parte, la exhibición de los canteranos fue total. El segundo tanto fue obra de Javi Pérez, que dejó su rúbrica de falta directa. A partir de ahí murió el partido, ya que el Mairena se entregó, si es que en algún momento fueron un adversario a la fiesta cordobesa.
Los blanquiverdes, conocedores de que la permanencia estaba conseguida, se deshicieron de todos los fantasmas que los han acompañado durante la temporada y mostraron todo el fútbol que llevan dentro. Manu Leal, nada más que salir, tuvo un mano a mano con el portero, que no supo definir.
En la siguiente ocasión, se aprovechó de un pase de Chiqui para dejar también su impronta en el partido. A partir de entonces sólo restaba esperar que el árbitro celebrara el final para celebrar una permanencia que parecía imposible hace apenas un mes.
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