FICHA TÉCNICA:
0.- ANTONIANO: Oliver; Ricardo, Cárdenas, Juan, Pepe (Jiménez, m. 64); Sergio Pavón (Agustín, m. 68), Joan Zambrano, Eloy, José Mari; Rubio y Chico.
0.- POZOBLANCO: Óscar Benito; José, Pablo, Acaíñas, Cubi; Tato, Isidro (Rizos, m. 83) (Fran, m. 93), Gervasio, Juanmi, Alfonso Gutiérrez y Gambeta.
ÁRBITRO: Fernández Arjona (de Cádiz). Amonestó a los locales; así como a los visitantes.
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la décimo sexta jornada del grupo X en Tercera División, disputado en el Municipal de Lebrija ante unos 300 espectadores.
El Pozoblanco no pasó del empate en la tarde de hoy en Lebrija frente al Antoniano, ayudando a romper la racha de los sevillanos, que acumulaban siete jornadas sin sumar ni un solo punto. Los de Moreno Rosillo dispusieron de varias ocasiones de peligro en el primer acto, en el que llevaron el mando del encuentro, pero sin suerte, ya que no finalizaron ninguno de sus acercamientos. Tras la reanudación, los locales tomaron la iniciativa, aunque sin apenas intimidad, aunque la posesión les pertenecía. En los minutos finales, los visitantes recuperaron el terreno perdido y quisieron desnivelar la contienda y cosechar los tres puntos ante un rival menor, pero no lo consiguieron.
Los vallesanos se enfrentaban al último clasificado del grupo X de Tercera, el Antoniano, que tan sólo acumula dos victorias en el presente campeonato. Pese a ello, la empresa no era fácil, puesto que los pozoalbenses encaraban la cita con múltiples y sensibles bajas, como las de Salva y Raúl Balsera por sanción y David Aguayo y Alberto Fernández por lesión.
Los primeros minutos del encuentro fueron un intercambio constante de golpes por parte de ambos cuadros, aunque los visitantes siempre salieron vencedores en esta particular batalla. Al minuto cinco, Gervasio dispuso un balón para Juanmi, quien remató con peligro, obligando a Oliver a intervenir magistralmente para desviar a córner. En la siguiente acción, el cancerbero tuvo, de nuevo, que intervenir ante el disparo de Alfonso Gutiérrez.
Los locales se veían incapaces de frenar las constantes acometidas de los hombres de José María Moreno Rosillo, quien en la tarde de ayer contaba con un banquillo plagado de canteranos como Rizos, Sosa, Quintana, Jesús Yergo y Fran, por lo que intentó finiquitar el encuentro en el primer tramo, en previsión de que éste se pudiese complicar. Así, en los primeros diez minutos, los vallesanos disfrutaron de tres saques de esquina, ante un Antoniano que se limitaba a defender.
Los intentos visitantes por perforar la meta rival eran continuos. Tanto que el guardameta hispalense se tuvo que emplear al fondo en el minuto 13, cuando Alfonso Gutiérrez soltó un zapatazo desde 20 metros. Cinco más tarde, Gervasio gozó de una falta en la frontal, pero el centrocampista estrelló el cuero en la barrera. Por parte local, tan sólo el ariete Chico intimidaba. La respuesta de éstos llegó a balón parado. Óscar Benito detuvo el disparo de Ricardo. Pero Gutiérrez lo volvió a intentar. También sin suerte.
El Pozoblanco lo intentaba con ahínco. Las acometidas se sucedían una tras otra, aunque ninguna de ellas acabó con el resultado esperado. Alfonso Gutiérrez, muy activo durante toda la tarde, centró con potencia. El balón se envenenó y a punto estuvo de adentrarse en la meta, pero se paseó sin encontrar un rematador. En la jugada previa, Tato había cabeceado a las manos del portero el centro de Juanmi.
El colegiado no pita un penalti a favor de los locales
Con el avance del duelo, éste fue perdiendo en intensidad, aunque ganó en polémica. Fernández Arjona no observó la mano en el interior del área de Acaíñas, quien desvió el cuero al saque de una falta. Las airadas protestas de los locales no sirvieron para que el colegiado señalase un evidente penalti.
Esa acción pareció servir a los locales para despertar de su letargo e irse en busca de la meta rival. Varias llegadas, un tanto tímidas, marcaron el último tramo del primer tiempo, al que se llegó con un Pozoblanco defendiendo y un Antoniano al ataque, todo lo contrario que en los anteriores 40 minutos. El pitido final sirvió para escuchar las protestas del público, una vez más, recordándole al árbitro su desliz al no señalizar una pena máxima.
Cambio de papeles tras el descanso
Después del intermedio, las tornas cambiaron sobre el terreno de juego. Los sevillanos saltaron al terreno de juego mucho más enchufados que sus adversarios. Los discípulos de Antonio Jesús Falcón querían agradar a su parroquia y disfrutaron de algunas llegadas, aprovechando que Óscar Benito parecía tocado en su rodilla. En estos minutos, el trencilla quiso compensar y perdonó la amonestación a Ricardo. Gervasio botó la falta sin consecuencias.
El choque entró en una fase anodina de juego, sin apenas acercamientos para una u otra escuadra. La monotonía y el aburrimiento tan sólo fue interrumpido por dos fallos del lateral diestro José, que se complicó en exceso al cuarto de hora, pero sin consecuencias. Rubio también lo intentó desde lejos, pero el cancerbero vallesano detuvo. Falcón comenzó a mover el banquillo en busca de algo nuevo, frente a un Pozoblanco que desprendía peligro con la posesión, pero que no finalizaba.
Empuje final vallesano
Isidro tuvo la mejor ocasión para desnivelar el marcador en el ecuador del segundo acto. El extremo se marcó una jugada personal, se internó en el área y cuando armaba la pierna para tratar de batir a Oliver, Cárdenas intercedió para abortar la acción de forma providencial.
En el ocaso del encuentro, los pozoalbenses recuperaron el mando del encuentro, que habían perdido durante la mayor parte de la segunda mitad. Empujaron y gozaron de varios saques de esquina, aunque los locales se resistían a vender su piel, pues eran conscientes de la difícil situación en la que se encuentra. Rosillo dio entrada a Rizos para refrescar al equipo.
Así se llegó al descuento, en el que lo más relevante fue la lesión de Rizos, quien se dañó su brazo izquierdo al caer en una acción fortuita. El centrocampista, que minutos antes había sustituido a Isidro, dejó el césped. Fran tuvo su oportunidad.
0.- ANTONIANO: Oliver; Ricardo, Cárdenas, Juan, Pepe (Jiménez, m. 64); Sergio Pavón (Agustín, m. 68), Joan Zambrano, Eloy, José Mari; Rubio y Chico.
0.- POZOBLANCO: Óscar Benito; José, Pablo, Acaíñas, Cubi; Tato, Isidro (Rizos, m. 83) (Fran, m. 93), Gervasio, Juanmi, Alfonso Gutiérrez y Gambeta.
ÁRBITRO: Fernández Arjona (de Cádiz). Amonestó a los locales; así como a los visitantes.
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la décimo sexta jornada del grupo X en Tercera División, disputado en el Municipal de Lebrija ante unos 300 espectadores.
El Pozoblanco no pasó del empate en la tarde de hoy en Lebrija frente al Antoniano, ayudando a romper la racha de los sevillanos, que acumulaban siete jornadas sin sumar ni un solo punto. Los de Moreno Rosillo dispusieron de varias ocasiones de peligro en el primer acto, en el que llevaron el mando del encuentro, pero sin suerte, ya que no finalizaron ninguno de sus acercamientos. Tras la reanudación, los locales tomaron la iniciativa, aunque sin apenas intimidad, aunque la posesión les pertenecía. En los minutos finales, los visitantes recuperaron el terreno perdido y quisieron desnivelar la contienda y cosechar los tres puntos ante un rival menor, pero no lo consiguieron.
Los vallesanos se enfrentaban al último clasificado del grupo X de Tercera, el Antoniano, que tan sólo acumula dos victorias en el presente campeonato. Pese a ello, la empresa no era fácil, puesto que los pozoalbenses encaraban la cita con múltiples y sensibles bajas, como las de Salva y Raúl Balsera por sanción y David Aguayo y Alberto Fernández por lesión.
Los primeros minutos del encuentro fueron un intercambio constante de golpes por parte de ambos cuadros, aunque los visitantes siempre salieron vencedores en esta particular batalla. Al minuto cinco, Gervasio dispuso un balón para Juanmi, quien remató con peligro, obligando a Oliver a intervenir magistralmente para desviar a córner. En la siguiente acción, el cancerbero tuvo, de nuevo, que intervenir ante el disparo de Alfonso Gutiérrez.
Los locales se veían incapaces de frenar las constantes acometidas de los hombres de José María Moreno Rosillo, quien en la tarde de ayer contaba con un banquillo plagado de canteranos como Rizos, Sosa, Quintana, Jesús Yergo y Fran, por lo que intentó finiquitar el encuentro en el primer tramo, en previsión de que éste se pudiese complicar. Así, en los primeros diez minutos, los vallesanos disfrutaron de tres saques de esquina, ante un Antoniano que se limitaba a defender.
Los intentos visitantes por perforar la meta rival eran continuos. Tanto que el guardameta hispalense se tuvo que emplear al fondo en el minuto 13, cuando Alfonso Gutiérrez soltó un zapatazo desde 20 metros. Cinco más tarde, Gervasio gozó de una falta en la frontal, pero el centrocampista estrelló el cuero en la barrera. Por parte local, tan sólo el ariete Chico intimidaba. La respuesta de éstos llegó a balón parado. Óscar Benito detuvo el disparo de Ricardo. Pero Gutiérrez lo volvió a intentar. También sin suerte.
El Pozoblanco lo intentaba con ahínco. Las acometidas se sucedían una tras otra, aunque ninguna de ellas acabó con el resultado esperado. Alfonso Gutiérrez, muy activo durante toda la tarde, centró con potencia. El balón se envenenó y a punto estuvo de adentrarse en la meta, pero se paseó sin encontrar un rematador. En la jugada previa, Tato había cabeceado a las manos del portero el centro de Juanmi.
El colegiado no pita un penalti a favor de los locales
Con el avance del duelo, éste fue perdiendo en intensidad, aunque ganó en polémica. Fernández Arjona no observó la mano en el interior del área de Acaíñas, quien desvió el cuero al saque de una falta. Las airadas protestas de los locales no sirvieron para que el colegiado señalase un evidente penalti.
Esa acción pareció servir a los locales para despertar de su letargo e irse en busca de la meta rival. Varias llegadas, un tanto tímidas, marcaron el último tramo del primer tiempo, al que se llegó con un Pozoblanco defendiendo y un Antoniano al ataque, todo lo contrario que en los anteriores 40 minutos. El pitido final sirvió para escuchar las protestas del público, una vez más, recordándole al árbitro su desliz al no señalizar una pena máxima.
Cambio de papeles tras el descanso
Después del intermedio, las tornas cambiaron sobre el terreno de juego. Los sevillanos saltaron al terreno de juego mucho más enchufados que sus adversarios. Los discípulos de Antonio Jesús Falcón querían agradar a su parroquia y disfrutaron de algunas llegadas, aprovechando que Óscar Benito parecía tocado en su rodilla. En estos minutos, el trencilla quiso compensar y perdonó la amonestación a Ricardo. Gervasio botó la falta sin consecuencias.
El choque entró en una fase anodina de juego, sin apenas acercamientos para una u otra escuadra. La monotonía y el aburrimiento tan sólo fue interrumpido por dos fallos del lateral diestro José, que se complicó en exceso al cuarto de hora, pero sin consecuencias. Rubio también lo intentó desde lejos, pero el cancerbero vallesano detuvo. Falcón comenzó a mover el banquillo en busca de algo nuevo, frente a un Pozoblanco que desprendía peligro con la posesión, pero que no finalizaba.
Empuje final vallesano
Isidro tuvo la mejor ocasión para desnivelar el marcador en el ecuador del segundo acto. El extremo se marcó una jugada personal, se internó en el área y cuando armaba la pierna para tratar de batir a Oliver, Cárdenas intercedió para abortar la acción de forma providencial.
En el ocaso del encuentro, los pozoalbenses recuperaron el mando del encuentro, que habían perdido durante la mayor parte de la segunda mitad. Empujaron y gozaron de varios saques de esquina, aunque los locales se resistían a vender su piel, pues eran conscientes de la difícil situación en la que se encuentra. Rosillo dio entrada a Rizos para refrescar al equipo.
Así se llegó al descuento, en el que lo más relevante fue la lesión de Rizos, quien se dañó su brazo izquierdo al caer en una acción fortuita. El centrocampista, que minutos antes había sustituido a Isidro, dejó el césped. Fran tuvo su oportunidad.
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