En un partido marcado claramente por la lamentable actuación arbitral de Rica Alarcón, que enseñó quince amarillas en un duelo normal y sin brusquedades, el Pozoblanco ha logrado esta tarde un triunfo con tintes heroicos ante el Alcalá. El equipo vallesano, que jugó sesenta minutos con diez y más de treinta con nueve, marcó sus goles en inferioridad -el segundo en un penalti inexistente, todo sea dicho- y resistió como un jabato ante un cuadro alcalareño que dejó una paupérrima imagen en Pozoblanco.
Moreno Rosillo dispuso un once sin apenas sorpresas, vistas las ausencias conocidas de Alberto Fernández o Aguayo, con Juanmi y Gambeta como hombres más adelantados, Isidro y Alfonso Gutiérrez en las bandas y Gervasio y Balsera organizando. En el Alcalá, el regreso de Miguel Ángel Díaz en la portería y la presencia del ex cordobesista Platero en el centro del campo eran los dos datos más destacados.
El choque comenzó con una ocasión por bando, ambas fruto de sendos despistes defensivos. Primero la tuvo el Alcalá, en una llegada en la que Rubén Barragán no se dio cuenta de lo solo que estaba. También fue clara la oportunidad del Pozoblanco, pero los dos delanteros del equipo vallesano, Gambeta y Juanmi, se estorbaron en el remate.
Sin embargo, el paso de los minutos hizo al partido perder la efervescencia inicial, con innumerables errores en el pase por parte de ambos equipos. Rosillo incrustó a Gambeta en la zona del centro del campo para enlazar con Juanmi, mientras que en el Alcalá era Platero el hombre por el que pasaba casi todo el juego ofensivo. Isidro firmó un par de aproximaciones por parte pozoalbense, pero con remates sin ningún tipo de peligro.
Gutiérrez prueba a Díaz
A los dieciocho de partido, Alfonso Gutiérrez, que apenas estaba participando en el juego, agarró un disparo fortísimo que encontró adecuada respuesta en Díaz, que sacó la manopla para echar la pelota a córner. Esa acción marcó una fase de claro dominio local, con la que el Pozoblanco logró atrincherar a su rival en el área. Sólo le faltó algo más de precisión en las combinaciones una vez robado el esférico.
Justo al paso por el ecuador, en una falta de Balsera que se comió Díaz, el Pozoblanco reclamó manos de un defensor alcalareño a disparo de Isidro, pero Rica Alarcón no decretó nada. El posterior remate de Gambeta, en una jugada bastante embarullada, se marchó fuera. Dos después, Velázquez intervino providencialmente en una internada de Isidro.
El cuadro vallesano tenía el partido completamente controlado, cuando todo cambió. Pasada la media hora, Salva derribó a un Platero que ya había avisado antes en un slalom increíble poco tiempo antes, y vio la segunda amarilla, dejando a su equipo con diez. Mal regreso para el lateral tras dos partidos lesionado.
Sin embargo, a los tres minutos de verse en inferioridad numérica, el Pozoblanco encontró el fruto a su mejor partido. En una acción similar a la que había intentado un cuarto de hora antes, Alfonso Gutiérrez largó un disparo durísimo que esta vez sí encontró el fondo de las mallas de Díaz. Por suerte, Óscar Benito evitó un empate inmediato del Alcalá, en un balón que llegó hasta Pedro Carrión, que no pudo batir al cancerbero de Linares.
Balsera abre más hueco
Y, haciendo bueno el dicho de Helenio Herrera, aunque dicho de paso esa frase tiene más de mito que de realidad, el Pozoblanco puso más tierra de por medio a cuatro minutos del descanso. Rica, que sacó ocho amarillas en la primera parte, pitó una pena máxima que solo él vio y Balsera, por dos veces, porque la primera no valió, marcó el segundo. Cuando más complicado parecía, a los de Rosillo se le había puesto todo de cara.
La segunda mitad arrancó sin cambios en el Pozoblanco visto lo visto, aunque con el canterano Jose calentando en la banda. Sí cambió Asián, que metió al fichaje recién llegado esta semana, Selu, en lugar de Jesús. Sin embargo, la primera ocasión fue del cuadro blanquillo, en una falta que Gervasio, en gran posición, mandó arriba.
El equipo local no sufría apenas acometida alguna del Alcalá, que no mejoró con el cambio. Rosillo decidió amarrar y suplir a Isidro, lateral circunstancial desde la expulsión, por Jose. Sin embargo, el duelo se complicó definitivamente con más de media hora por jugar. Balsera vio la doble tarjeta al entrar en el terreno de juego sin permiso tras recibir atención médica. Otra astracanada del calamitoso colegiado del encuentro.
Recorta Pedro Carrión
Al Pozoblanco le pasó lo peor posible, un gol pronto del Alcalá. Con 25 minutos por jugar, Pedro Carrión recibió un balón en el interior del área y ex de Los Barrios batió a Óscar Benito. Quedaba mucho por sufrir en el Municipal. Mientras, el colegiado, a lo suyo, repartió más felicitaciones, a Óscar Benito y a Toni, en dos acciones sin merecimiento alguno para ello. El cuadro pedrocheño intentó irse arriba para que no fuera todo un acoso y derribo de los sevillanos. Gervasio probó a Díaz en una falta directa a poco más de un cuarto de hora del final.
La entrada de Chapi fue la última bala de Asián en el partido, mientras Rosillo, con pocos mimbres en el banquillo, guardaba los cambios para perder tiempo en los últimos minutos. Sin embargo, el partidazo de Alfonso Gutiérrez y la multiplicación de fuerzas del colectivo permitían mantener la renta. Rizos oxigenó el centro del campo, tomando el puesto en el campo de Gambeta, y Tato suplió a Juanmi, ya rozando el descuento.
El tramo final, en plena agonía, tuvo a los locales, lógicamente, colgados de su larguero. Pulido y Velázquez dispusieron de las últimas llegadas, pero la zaga y Óscar Benito estuvieron inconmensurables para dejar los puntos en casa. Un final justo para un Alcalá que no mereció nada en su visita al Municipal.
Moreno Rosillo dispuso un once sin apenas sorpresas, vistas las ausencias conocidas de Alberto Fernández o Aguayo, con Juanmi y Gambeta como hombres más adelantados, Isidro y Alfonso Gutiérrez en las bandas y Gervasio y Balsera organizando. En el Alcalá, el regreso de Miguel Ángel Díaz en la portería y la presencia del ex cordobesista Platero en el centro del campo eran los dos datos más destacados.
El choque comenzó con una ocasión por bando, ambas fruto de sendos despistes defensivos. Primero la tuvo el Alcalá, en una llegada en la que Rubén Barragán no se dio cuenta de lo solo que estaba. También fue clara la oportunidad del Pozoblanco, pero los dos delanteros del equipo vallesano, Gambeta y Juanmi, se estorbaron en el remate.
Sin embargo, el paso de los minutos hizo al partido perder la efervescencia inicial, con innumerables errores en el pase por parte de ambos equipos. Rosillo incrustó a Gambeta en la zona del centro del campo para enlazar con Juanmi, mientras que en el Alcalá era Platero el hombre por el que pasaba casi todo el juego ofensivo. Isidro firmó un par de aproximaciones por parte pozoalbense, pero con remates sin ningún tipo de peligro.
Gutiérrez prueba a Díaz
A los dieciocho de partido, Alfonso Gutiérrez, que apenas estaba participando en el juego, agarró un disparo fortísimo que encontró adecuada respuesta en Díaz, que sacó la manopla para echar la pelota a córner. Esa acción marcó una fase de claro dominio local, con la que el Pozoblanco logró atrincherar a su rival en el área. Sólo le faltó algo más de precisión en las combinaciones una vez robado el esférico.
Justo al paso por el ecuador, en una falta de Balsera que se comió Díaz, el Pozoblanco reclamó manos de un defensor alcalareño a disparo de Isidro, pero Rica Alarcón no decretó nada. El posterior remate de Gambeta, en una jugada bastante embarullada, se marchó fuera. Dos después, Velázquez intervino providencialmente en una internada de Isidro.
El cuadro vallesano tenía el partido completamente controlado, cuando todo cambió. Pasada la media hora, Salva derribó a un Platero que ya había avisado antes en un slalom increíble poco tiempo antes, y vio la segunda amarilla, dejando a su equipo con diez. Mal regreso para el lateral tras dos partidos lesionado.
Sin embargo, a los tres minutos de verse en inferioridad numérica, el Pozoblanco encontró el fruto a su mejor partido. En una acción similar a la que había intentado un cuarto de hora antes, Alfonso Gutiérrez largó un disparo durísimo que esta vez sí encontró el fondo de las mallas de Díaz. Por suerte, Óscar Benito evitó un empate inmediato del Alcalá, en un balón que llegó hasta Pedro Carrión, que no pudo batir al cancerbero de Linares.
Balsera abre más hueco
Y, haciendo bueno el dicho de Helenio Herrera, aunque dicho de paso esa frase tiene más de mito que de realidad, el Pozoblanco puso más tierra de por medio a cuatro minutos del descanso. Rica, que sacó ocho amarillas en la primera parte, pitó una pena máxima que solo él vio y Balsera, por dos veces, porque la primera no valió, marcó el segundo. Cuando más complicado parecía, a los de Rosillo se le había puesto todo de cara.
La segunda mitad arrancó sin cambios en el Pozoblanco visto lo visto, aunque con el canterano Jose calentando en la banda. Sí cambió Asián, que metió al fichaje recién llegado esta semana, Selu, en lugar de Jesús. Sin embargo, la primera ocasión fue del cuadro blanquillo, en una falta que Gervasio, en gran posición, mandó arriba.
El equipo local no sufría apenas acometida alguna del Alcalá, que no mejoró con el cambio. Rosillo decidió amarrar y suplir a Isidro, lateral circunstancial desde la expulsión, por Jose. Sin embargo, el duelo se complicó definitivamente con más de media hora por jugar. Balsera vio la doble tarjeta al entrar en el terreno de juego sin permiso tras recibir atención médica. Otra astracanada del calamitoso colegiado del encuentro.
Recorta Pedro Carrión
Al Pozoblanco le pasó lo peor posible, un gol pronto del Alcalá. Con 25 minutos por jugar, Pedro Carrión recibió un balón en el interior del área y ex de Los Barrios batió a Óscar Benito. Quedaba mucho por sufrir en el Municipal. Mientras, el colegiado, a lo suyo, repartió más felicitaciones, a Óscar Benito y a Toni, en dos acciones sin merecimiento alguno para ello. El cuadro pedrocheño intentó irse arriba para que no fuera todo un acoso y derribo de los sevillanos. Gervasio probó a Díaz en una falta directa a poco más de un cuarto de hora del final.
La entrada de Chapi fue la última bala de Asián en el partido, mientras Rosillo, con pocos mimbres en el banquillo, guardaba los cambios para perder tiempo en los últimos minutos. Sin embargo, el partidazo de Alfonso Gutiérrez y la multiplicación de fuerzas del colectivo permitían mantener la renta. Rizos oxigenó el centro del campo, tomando el puesto en el campo de Gambeta, y Tato suplió a Juanmi, ya rozando el descuento.
El tramo final, en plena agonía, tuvo a los locales, lógicamente, colgados de su larguero. Pulido y Velázquez dispusieron de las últimas llegadas, pero la zaga y Óscar Benito estuvieron inconmensurables para dejar los puntos en casa. Un final justo para un Alcalá que no mereció nada en su visita al Municipal.
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