Nuevo disgusto para una afición pozoalbense que está deseosa de que esto termine cuanto antes, porque hace tiempo que el equipo dejó de darle alegrías. Son ya numerosos los traspiés en casa, teniendo en cuenta que el Municipal pozoalbense se ha caracterizado tradicionalmente por ser un fortín, de donde apenas escapaban puntos.
Este final de liga ha hecho cambiar la historia. Como viene siendo habitual, el conjunto blanco empezó por delante en el marcador, gracias a un gol de Juanmi, que tuvo la habilidad suficiente para colarse entre los centrales y rematar un gran servicio de Charaf por la derecha.
Alberto pudo haber puesto tierra de por medio en el marcador, pero su lanzamiento de falta directa rozó la escuadra izquierda de Mayé. Nada, pues, hacía pensar lo que se venía encima. Dani Almendro empató con un maravillosa falta que se coló junto al larguero de Alfonso, que sólo pudo ser un espectador más de ese fabuloso gol.
Cinco minutos después, en el 29, en el segundo acercamiento de los chiclaneros y con una nueva estrategia magníficamente ejecutada, Ñoño colocaba el balón junto a la cepa del poste de Alfonso. Los gaditanos, en puestos de descenso, habían dado la vuelta al encuentro. La última fase de la primera parte fue realmente insulsa. En ella sólo cabría destacar lo cerca que anduvo el 1-3. Sólo Alfonso y el barro de su portería impidieron que el balón traspase la línea de gol.
Salío, como es lógico, replegado el Chiclana en la segunda parte, buscando peligrosos contragolpes. Por su parte, el Pozoblanco lo buscaba a balón parado, con más corazón que cabeza. Charaf volvió a repetir la jugada del gol blanco en el minuto 20, pero ahora Juanmi cabeceó fuera cuando se cantaba el gol.
Salío, como es lógico, replegado el Chiclana en la segunda parte, buscando peligrosos contragolpes. Por su parte, el Pozoblanco lo buscaba a balón parado, con más corazón que cabeza. Charaf volvió a repetir la jugada del gol blanco en el minuto 20, pero ahora Juanmi cabeceó fuera cuando se cantaba el gol.
Con los cambios, Moreno Rosillo quemó las naves en ataque, y el central Acaíñas pasó a ocupar el puesto de delantero centro. A falta de diez minutos, Alfonso Gutiérrez tuvo dos ocasiones prácticamente seguidas de haber puesto el empate, pero estaba claro que hoy no su día.
Con el equipo local totalmente volcado sobre la meta chiclanera, llegó el esperado contragolpe visitante, culminado magistralmente por Kike con una vaselina preciosa sobre Alfonso. Uno a tres en el marcador y desilusión mayúscula en la afición.
Con el equipo local totalmente volcado sobre la meta chiclanera, llegó el esperado contragolpe visitante, culminado magistralmente por Kike con una vaselina preciosa sobre Alfonso. Uno a tres en el marcador y desilusión mayúscula en la afición.
López Amaya, bastante casero toda la matinal, proporcionó al Pozoblanco la posibilidad de acortar distancias, al señalar penalti sobre Juanmi. El propio delantero puertorrealeño se encargó de transformarlo. Hasta tres veces hubo de lanzarlo pero, al fin, pudo subir el tanto al marcador. Ya no había tiempo. Cinco minutos de descuento y poco que señalar, porque ya no había fuerzas ni claridad de ideas.
En definitiva, cualquier equipo bien posicionado en el campo y con un poco de acierto rematador es capaz ya de sumar puntos en Pozoblanco. Faltan siete jornadas y sólo queda que vayan cayendo hojas del almanaque para que, cuanto antes mejor, termine una temporada para olvidar.
En definitiva, cualquier equipo bien posicionado en el campo y con un poco de acierto rematador es capaz ya de sumar puntos en Pozoblanco. Faltan siete jornadas y sólo queda que vayan cayendo hojas del almanaque para que, cuanto antes mejor, termine una temporada para olvidar.
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