El Cartaya encajó ayer una dolorosa goleada en Puerto Real. El equipo rojinegro, que se trasladó hasta el Sancho Dávila plagado de bajas y sin resolver sus problemas económicos, dio una pobre imagen en un partido en el que los verdiblancos lograron reivindicarse ante su afición, que aún sueña con ver al equipo entrenado por Salvador Alegre 'Boro' se meta en el grupo cabecero de la clasificación.
En la primera mitad el Puerto Real salió con muchas ganas y en los primeros minutos se hizo con el mando del encuentro. Los verdiblancos mostraron un juego rápido en el arranque pero excesivamente espeso en los metros finales. Así, las primeras oportunidades para desnivelar la contienda fueron como consecuencia de disparos de larga distancia.
En la primera mitad el Puerto Real salió con muchas ganas y en los primeros minutos se hizo con el mando del encuentro. Los verdiblancos mostraron un juego rápido en el arranque pero excesivamente espeso en los metros finales. Así, las primeras oportunidades para desnivelar la contienda fueron como consecuencia de disparos de larga distancia.
Tanto Lolo como Sergio Beato probaron fortuna desde lejos pero el esférico se marchó fuera del portal rival. En el minuto 31, el árbitro decretó pena máxima por manos de un jugador del Cartaya en una jugada embarullada dentro del área visitante. El cordobés Chapi no desaprovechó el penalti y en su lanzamiento, con gran temple, engañó a Nacho (1-0).
En la reanudación, llevó el verdadero festival del equipo de la Villa que fue netamente superior a un Cartaya sin mordiente ofensiva y muy blandito en defensa. Los locales volvieron a recupera la chispa de su juego. Una circunstancia que posibilitó que Luis Ligero se sumara a la causa y respondiera a lo que se espera de él. El verdiblanco fabricó el dos a cero en una buena acción personal.
Más tarde sería Sergio Beato el que se apuntó a la fiesta y tras una internada por banda izquierda centró para que Chapi sólo tuviera que empujarla en la boca de gol. Con el tres cero, los jugadores dirigidos por Cándido Rosado se convirtieron en un muñeco roto en manos de un Puerto Real crecido. Así, Pedro Curtido siguió su racha anotadora y logró enviar al fondo de la red un servicio de Pato consiguiendo el cuatro a cero.
El delantero roteño sería el asistente del quinto y el sexto. El primero de vaselina a Lolo que repitió el globo ante la salida del portero del Cartaya, un auténtico golazo. Con el tiempo casi cumplido Ligero puso la guinda
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