Grupo X de Tercera División

Crisis, crisis y más crisis. Desde hace un mes nadie habla de otra cosa. Las dificultades económicas a escala mundial y las internas de nuestro país están haciendo estragos. Como era de esperar esas crisis también se ha instaurado en el deporte. Los equipos, o algunos equipos, cada día tienen más complicaciones a la hora de configurar un presupuesto que permita garantizar una planificación de plantilla de garantías. La falta de esponsors y patrocinadores está haciendo mella en aquellos clubes donde está inyección económica es vital porque la masa social que aglutinan y los ingresos que generan no son suficientes para tirar hacia adelante. Luismi junto al presidente del Pozoblanco José Antonio Bravo
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Y uno que no se ha librado de que los números rojos llamen o estén a punto de hacerlo a su puerta es el C.D. Pozoblanco. La entidad que preside José Antonio Bravo está pasando por uno de sus peores momentos económicos de la época más reciente. Una situación un tanto anómala si se tiene en cuenta que todo lo que envolvía a la casa blanquilla eran buenas noticias en las semanas previas al inicio liguero.

Síntoma de esa crisis que asola a la entidad es la negativa constante y permanente por parte de la Junta Directiva de fichar a un delantero. El presidente del club ya manifestó la semana pasada en declaraciones a cordobadeporte.com que no se iba a fichar a nadie más. Sus motivos, a pesar de la escasez de jugadores que puedan jugar en esta demarcación debido a las lesiones que están mermando al equipo, que no podía fichar a nadie porque cuando los actuales futbolistas se recuperásen iba a existir una "deuda impagable".

La ausencia de Prasa

En el origen de todos estos problemas aparece la retirada de Prasa como uno de los patrocinadores del conjunto vallesano. Ya en el partido ante el Dos Hermanas, en la indumentaria blanquilla dejó de estar presente el logotipo de dicha empresa. Un aporte económico del que, evidentemente, se ha resentido la entidad. Un duro golpe que los mandatarios están intentando subsanar con el apoyo de Jacasi, aunque por el momento su aporte se presume algo corto. Por ello, se siguen buscando nuevos esponsor que vengan a reforzar el apartado económico.

Por otro lado, el Pozoblanco ha salido perdiendo en las escasas oportunidades que ha tenido para hacer caja. Una de las más claras fue la concesión de la carta de libertad al roteño Pablo Niño, donde la entidad perdió mucho más dinero del deseado. La cláusula del ahora jugador del Puerto Real ascendía a 30.000 euros y el centrocampista se marchó de tierras pozoalbenses pagando una sexta parte de esa clásula, con lo que la jugada no le salió nada rentable a los dirigentes blanquillos, que hubieran ganado bastante más si lo hubieran vendido cuando el Puerto Real preguntó por él a principios de verano.